Radio Voces y Letras

 

 


sábado, 19 de abril de 2014

Y a tu nombre...



Y le enrostro tu nombre
a la aurora...

¿Qué encierro usa la gota
del rocío sin leyendas,
sin una efigie
de sombras
cuando el paso solitario
es huella débil
de asfalto o de barro?

¿O no hay lides doradas
en medio de las sombras,
cuando el verbo
enoja al cuerpo
de pieles rojas
frente al humo que fallece?

No. Hay dedos de fuego.
Hay corcheas de cielo...
Hay premuras de besos,
sobre la tierra
sin memoria de risas,
hay caminos
de oleaje de amapolas
brotando en los alambres...

Hay furia de hijos,
que brotan en las chépicas
de los campos.
Hay piedras...
Hay rocas que no se rompen
siquiera con la luz
del amor de las
vías férreas...

¿Y qué va?...

Es más sonoro el grito
del corazón que canta
el oleaje de caracolas en fiesta.
Que vienen...Que van quizás.
Hacia el diagonal universo
de bosques de cemento,
donde el viento
grita y calla...

Y la ola
es solo el pulso
tormenta  que arrecia
con tu arena...

Y le enrostro tu nombre
a la aurora...

A un cultivo de rosas,
a un clamor de espinas,
que aprietan mi mano
hasta el fin de los cielos...

Ignacio Araya Dinamarca
19 de Abril de 2014

sábado, 18 de enero de 2014

Como si todo...

Como si todo quedara en el vacío
y los días se desvanecieran con el viento
y borrara tantos otros
que fueron sonrisas
y lluvias de caricias,
así siento el filo de la aurora,
el despertar errante
con rostro de sombras.
Papel y vida,
papel y vida,
y más y más vida.
Impregnado aún de tu perfume,
leo y me habla de sueños,
leo y estallo de amor,
leo y suspiran mis labios.
Papel y vida,
papel y vida,
y más y más vida…

Oh, armonía de mis ojos,
las ansias de una vida
juntos, juntos, juntos.
Oh, arpegio flor
que recorre mi pecho
y me alucina el alma.

Como si todo quedara en color blanco,
el sol que irradiara hace algún tiempo
ya no lleva calor en mis palabras
ni en mis actos,
culpa que carcome mis raíces
no soy nada, no soy nadie,
cometa que queda a la deriva
a los ojos solitarios de un planeta.

Tristeza, soledad
lunas aciagas,
tarde sepulcro
solo un espectro
que no sirve
ni de compañía.
Niebla oscura y gris
entrando en la ventana,
niebla oscura y gris
.que cala en mis entrañas,
niebla oscura y gris,
ya no eres nada, no eres nadie…


Ignacio Araya Dinamarca
29 de Junio de 2011

martes, 8 de mayo de 2012

Desnudo


Desnudo de otoños,
las hojas marchitas caen por los ojos
de la melancolía,
como payaso triste
que va a actuar por su vida
el espectáculo gris
de una platea
carente de risas.

Desnudo de heridas,
la piel del asombro,
frente a la ausencia
y la soledad
que huye y maldita
su suerte
la traen de regreso
a su propia sangre.

Desnudas ventanas
sin marcos, sin cristales,
austeros los vientos
que mueven las ramas,
secas, cansadas…
Y el reloj avanza,
golpeando cabezas
sus aspas guerreras…

Ignacio Araya Dinamarca
14 de Abril de 2012

Tiempo...


Y eres el tiempo:

Sin vicios y sin espacios 
abrigo de los silencios,
sangre de los universos …

Avanzas, corres, caminas,
llevándote en tus vagones
las penas de los espejos…

La era de las soledades
son cortes de tus navajas:
te llevas piel y nostalgias…

Estelas de bemoles pobres,
campanas que hieren la carne
porfía de tus recorridos…

Que larga es tu línea infinita
cuando te aferras al alma
de todos los desamparados…

Me abrazo a tu eco y sarcasmo,
peleándote el sino perdido,
sin evitar el recuerdo…

Sufre, vendaval de arena
llora, ruin sepulturero,
que las almas se alzan
contra tu misterio
y la lucha sigue ante tu ministerio,

Y yo…
te pelearé la astucia
y la sonrisa falsa,
hasta tu último latido seco,
que continuará sin frenos
marcando tu paso
en los espejos de tantas otras almas…

Ignacio Araya Dinamarca
06 de Enero de 2012

Y en el andén...


Y en el andén de lo agreste 
mi soledad vocifera,
maldice su fría suerte
vomita silencios rejas.
Espera a un tren mutilado,
que acalla y muerde sus gritos
y en el vagón de la muerte
reposa sus yertos años.

Descalza y con mil tormentos
en la quebrada agoniza,
mientras la vida festeja 
en el vagón del mañana,
alza sus manos de acero
ebria por la victoria,
sopla su viento norte,
de porvenires, la huella…

Ignacio Araya Dinamarca
19 de Septiembre de 2011

Ruinas




Van asomando ciudades
 perdidas en el ocaso,
donde la tierra no alcanza
la furia de los silencios
y entre las ruinas malditas
la levedad de lo oscuro,
no hay un pilar que sostenga
la soledad del paisaje
y entre la arena, la vida
va consumiendo nostalgias…
 
Cimientos envejecidos,
la libertad que sonríe
lo inútil de la tristeza
pudre aún más lo valiente…
Ruinas que se descubren
sobre las alas del canto,
lluvia de polvo y espanto
sobre las grietas azules,
ruinas, tan sólo ruinas,
es lo que queda del llanto…
 
Ignacio Araya Dinamarca
21 de Octubre de 2011

Si tu corazón, algún día...



Si tu corazón llegase
algún día a olvidarme
llorará el alma de nuestras almas,
morirá el firmamento de las cosas
y la flor, perderá el aroma
que hiciera de nuestras pieles
el perfume de las horas.
Y la casa que construimos 
en el bosque de nuestras voces,
quemará la madera de sueños,
en que se elevó el deseo…

Si tu corazón llegase
algún día a olvidarme,
se suicidarán las calles
en que nuestros pasos
hicieron firme estandarte.
Y nuestros besos fuego
aguardarán las mañanas
en que nuevamente crezcan
las raíces desde la tierra
en que el fruto de nuestro idilio
renazca, con los recuerdos…

Ignacio Araya Dinamarca
20 de septiembre de 2011

De calles...Y tu mano



Se alzan las caminatas
por las viejas calles:
tu mano en mi mano,
tu cuerpo conmigo,
besos inmortales
dibujando esquinas
que un rayo rojizo
comprendió al instante
y perpetuó su brillo…

Fondo en el misterio
de una fiesta de aguas,
consumando uniones
de labios celestes,
un tiempo candente
de sonrisas cómplices
de lunas bailantes,
de palomas briosas…

Ah, paloma silente
que estrechó mi mano…
Ah, luna danzadora
que aunó las voces…

Canciones romances
en el cuarto oscuro,
danzaron papeles
soñó una ventana,
viento de arrebatos
dominó el ambiente
cuando tembló el lecho,
frente a la locura
de nuestros deseos…

Ah, deseo candente
razón del destino…
Ah, locura de amor
que abraza los sueños…

Ah, por toda la vida
tu nombre en mi pecho…

Ignacio Araya Dinamarca
28 de mayo de 2011

Sin las excusas del tiempo...



Sin las excusas del tiempo
ni lo que extingue el silencio,
sin el sonido del hielo
que hiere ojos banderas,
vengo hasta ti, mi gaviota,
a desnudar la sonrisa
guarecida en la tristeza,
a reunirme en el vuelo
de esta bandada de luces,
evocación de los cielos
que acurrucó los momentos.
Vengo hacia ti, mujer oro,
alzando altivo mis manos,
con un anillo tallado
en madera de amor y canto,
con voces que a veces callan,
con soledad y destino,
a cuestas pena que duele,
efigie de tez de llanto.
Allí tan lejos…Tan cerca,
así sea alba u ocaso,
así haya grises o azules
retorno a ti, vida mia.
La misma fe en esos sueños,
la misma sed de las flores
que inundan la primavera,
para abrigarte en caricias,
como aquel sol a su tarde,
como una lumbre a su espacio…


Ignacio Araya Dinamarca
14 de Junio de 2011

jueves, 24 de febrero de 2011

Carroza...


Carroza que va en cortejo,
de muerte, pasión y salmos,
banderas visten caminos
con lágrimas de veredas
sudor y pudor de cobre,
madera negra de sangre
va serpenteando a la vida
su séquito de cobardes.

El hambre cubre las calles,
batallas de un vagabundo,
daga homicida del rico
que roba su pan al mendigo
saqueando las esperanzas
de niños arrodillados,
con basura alimentados
y diarios como cobijas.

Carroza que va indolente
por páramos destruidos.
la muerte llora su muerte
la vida implora su ruido
y por más que la muerte llore
arrepentida del daño
el poderoso le anima
al golpe de un genocidio.

Plaza de bancos dormidos
oxígeno envejecido,
océanos sin soldados
que nutran los arrecifes,
la voz del que yace a diario
en las aceras manchadas,
caretas de hipocresía
de aquellos puños farsantes.

Carroza frágil, cansada
silencio de abismo puro.
Un ataúd de monedas,
un ataúd de vergüenzas,
un ataúd de indecencias,
que llevas un mundo terco
que ya se hastió de sus duelos
y feneció sin quererlo.

Ignacio Araya Dinamarca
24 de Febrero de 2011

domingo, 20 de febrero de 2011

¿Sabes?


¿Sabes?

No imagino anocheceres sin el faro
de tus ojos melancólicos brillando,
furia de un amor que posa siempre
en el costado de la hoguera de mi cuerpo,
ni que se canse mi suspiro ilusionado
o el murmullo huracanado de mi pecho,
ni sucumba la guarida de mi techo
ni esta voz que recita el sentimiento…

No se afina una guitarra sin tu arpegio,
ni me basta una canción de algarabía
quiero sediento la bebida de tu amor,
quiero saciarme con tu piel de tersa vida
quiero soñarte en la complicidad
de una mañana…
Saberte dentro mío en los silencios,
tocarte en el refugio de este beso
tomarte de la mano, esperanzas,
llenarme de tu amor, amada mía.

¿Sabes?

Que mi boca trae todo el sabor tuyo,
de tus besos que son miel, dulce caricia
de unos labios que sacuden todo entero
y renuevan simplemente este amor mío,
como ráfagas de nubes,
aquí dentro…


Ignacio Araya Dinamarca
14 de Febrero de 2011

Frío afuera...frío dentro


Hace frío afuera y hace frío dentro,
en este cuadrado de paredes yertas,
mármol sinfonía de un fuego incesante
que asesina y ciega los ojos cansados,
grietas desahuciadas
en las muecas pobres,
silbido arrogante
de un payaso viento
y un dolido trino
de un gorrión exhausto…

(Duele la quietud silente
de este mediodía,
quema la actitud errante
de una mariposa,
duele la tarde carente
de una melodía,
quema esta frialdad amarga
que carcome el alma…)

Hace frío afuera y hace frío dentro,
hiere aquel paisaje con su lejanía,
aquél que aferrado a mi ser incierto
deja un mustio llanto en estas palabras…

Ignacio Araya Dinamarca
10 de Enero de 2011

Silencios...


Sin ecos a veces
se escuchan los latidos
cuando me quedo mirando
hacia el vacío de la tarde
queriendo ver el mar.

Con voces diferentes
los silencios son eternos
duplicados en el alma,
celestes de agonías
queriendo ver el sol.

Sin ruido la esperanza
se cae en precipicios,
canta obstinada guitarra
el son de las nostalgias
queriendo ver el cielo.

Silencios que son soledades
en el alma cuando llueven
gotitas del desaliento
en el que vale la osadía
del anhelo de soñar…

El grito que no se escapa,
la risa que no se arrima
y este silencio dentro
que evita aquel encuentro
de mi ser con mi reflejo…

…Que quiere oír al mar…

Ignacio Araya Dinamarca
07 de Enero de 2011

La casa (Microrrelato)

La casa estaba vestida con los mejores colores que se hayan visto, mezcla de marrones con blanco, azules con amarillos, dorados, colores seleccionados con pinzas por los mejores diseñadores del país. La casa, tenía unos árboles meticulosamente cortados, moldeadas figuras preciosas, lunas por aquí, soles por allá, animales, paisajes, etc. Estáticas figuras, pero con un verde tan intenso que parecían tener vida. En los jardines, había flores de todo el mundo, las más bellas, exóticas y cuidadas que pudieran existir, prolijamente distribuidas, arreglos realizados por los mejores jardineros del estado. Por fuera, todo era una maravilla. Sin dudas, la casa más hermosa del mundo.

Adentro, atravesando el umbral de la belleza y lo sublime, la casa no era casa. En el comedor, una madre con los ojos morados y el cuerpo destrozado no puede levantar la mirada; un padre que con rostro de lujuria, acaricia por debajo del mantel las piernas de su hija menor; un hijo que no habla y se mueve nervioso, sumido en el miedo y el terror y en una de las piezas, la hija mayor corta con una navaja de oro, sus venas, sumida en el llanto.

Afuera, miles de personas sacan fotos, maravillados de estar frente a la casa más hermosa del mundo, sin duda alguna.

Ignacio Araya Dinamarca
05 de diciembre de 2010

Tarde,,,


Oscura la tarde
como un túnel
sin salida,
lento el minutero
late fuerte en las pupilas,
la cabeza que me estalla,
no me sacia el viento turbio
y este pecho que se ahoga
en las aguas de la ira.
¿Porqué vienes vil dolor
a llenarme el cuerpo feble
de tristezas y temores?
Deja que la fe en el alma
siga su camino
de naranjos y crepúsculos…
¿Porqué vienes mano lóbrega
a tentarme con los grises
de un mañana amurallado?...
Déjame en sosiego,
tropieza con mi frío
y deja en paz a estos ojos
que un ocaso de lágrimas,
roza ya lo inevitable…

Ignacio Araya Dinamarca
09 de Diciembre de 2010

Agonía (Microrrelato)

Se cansó de caminar todos los días por las calles vacías, sin nadie que siquiera le hablara, ni le dirigiera una mirada de comprensión o simplemente un cariño. Su vida había sido un caos desde el comienzo. La madre murió cuando nació y de su padre no sabía nada, podía ser cualquiera.
Se cansó de andar mendigando por algo de comida, buscando entre tachos de inmundicias. Se cansó del frío de la noche que carcomía su piel y sus huesos.
Se lanzó para quitarse la vida, en contra de uno de los automóviles que en ese momento pasaba. En la agonía, pudo ver por vez primera a alguien preocupado por él y con lágrimas en los ojos, un gesto de ternura. Era de la chica que manejaba. Murió y quizás fue el único momento de felicidad que tuvo en toda su vida de perro callejero.
Ignacio Araya Dinamarca
Febrero de 2010

Luna (Microrrelato)

Ni siquiera le preguntaron que edad tenía. Ni siquiera conocían su nombre. Menos sabían que ella era la mimada de mamá y para su padre, era la mismísima luna que había descendido al mundo vestida de ángel. Valientes de alcohol, la tomaron, la llevaron hacia el parque oscuro, le quitaron la ropa, la manosearon, rieron y finalmente la violaron entre todos, una y otra vez sin contemplaciones, saciando sus instintos de ya ser hombres. Luego huyeron, dejando atrás lágrimas, frío, impotencia. Y la sangre derramada de una luna que recién comenzaba a brillar.

Ignacio Araya Dinamarca
23 de noviembre de 2010

Hombre (Monólogo)

Podrías hacerte hombre de una vez por todas.

Hombre. Hacerme hombre. A una edad en que la hombría se caracteriza por la rebeldía y la capacidad de juntar más amigos, sonaba interesante la idea para mí. Mis padres, siempre quisquillosos en darme la mejor educación, me llenaron de reglas y normas básicas para la convivencia social y ayudaron a fomentar en mí el ánimo de esa revolución interna. Recuerdo esa primera vez en que el humo de esa milagrosa yerba envuelta en un papelillo dorado, pasó a mis manos, ante la satisfacción de ellos, mis amigos, que me enrostraban mi siempre negativa, característica de un cobarde. ¡Que orgullosos estaban por Dios¡ Que bien me sentí, cuando aquellas dos chicas aplaudían mi osadía y como premio, me colmaban de besos. Luego las llevé a la cama. Aún siento aquel refugio de erotismo, aún siento el aroma del alcohol, el humo de aquellas esencias emanadas de polvos blancos, el perfume barato de un sexo dominado por la ilusión, ese que desbocó mis sentidos. ¡ Qué lindo es sentirse hombre¡ ¡ Que orgullo sentí de mi en aquel momento¡.

El tiempo pasa. La vida pasa. Año tras año probé de esos manjares extraídos de las mejores escuelas de la hombría. Transformé aquella guarida agazapada de la inocencia, en la casa perfecta de la pasión, quimeras, drogas, sexo, amor, violencia, todo. ¡Qué perfecta era la vida¡. El tiempo pasa, la vida pasa y aquí estoy sentado en la soledad de una pocilga que no tiene nada. En una pared, la foto en blanco y negro de mis padres que me miran con ternura, cae sobre los harapos que me sirven de lecho. Miro hacia el espejo roto y me doy cuenta que la barba ya me llega a las rodillas. Lágrimas caen de mis ojos por este rostro arrugado, sin alma, sin un atisbo de vida y en la frente, veo la sanguinaria cruz que dibujé algún día sin darme cuenta que lo hacía. No aguanto este encierro, amada mía. Ohhh, sí, te tuve amada mía, fuiste mía y mi alma tuya...¿Dónde estás?¿En qué momento dejé que te escaparas? ¿En qué instante huiste de esta bestia encarcelada?¿Cuándo......?

La lluvia cae sobre mi cuerpo desnudo. La siento, me limpia. Estoy viejo, viejo de estos años arrastrados por la vida fácil. Hombre. Fui todo un hombre, amigos míos. Amigos míos, ¿Dónde están?. Fui vuestro orgullo, su amigo, su risa, su títere. ¿Dónde están?. No, no fui un hombre, solo fui un cobarde que dejo escapar todo lo que un hombre tiene: la vida, el amor y la decencia.

- Ya eres un hombre, hijo mío, ya lo eres – dice la voz dulce de mi madre.

Al fin muero tranquilo.

Ignacio Araya Dinamarca
Abril de 2010

domingo, 7 de noviembre de 2010

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Lloviznas


A cada tanto,
se atropellan las palabras
y el sinuoso desespero
se derrama en cataratas,
aguas con cuchillos,
infieren soledades,
y se agolpan sin medida
a lo incierto en la retina.
Gris el día,
abre surco a la llovizna,
no hay trinos en las ramas
ni perros que me ladren,
paisaje en el desierto,
vagas sombras en las calles,
y demente el raciocinio
se refugia en los colores
de un lienzo diseñado
en la cima de otros tiempos.

Ignacio Araya Dinamarca
02 de Noviembre de 2010

martes, 26 de octubre de 2010

Fulgores

Si pudiera atrapar una estrella con las manos
resurgiría la luz en los rincones de la tierra
y con mis dedos siderales
la sembraría a raudales en el alma
de un niño pobre
con ojos de hambre,
de una mujer sufrida
con párpados de abismos,
de un obrero cansado
y pupilas derrotadas.

Esparciría el fulgor cristalino
por cada pedazo de tierra destruida,
aplastando el luto de los aires,
ahogando las balas de la muerte.
aniquilando el dolor de una paloma.
¡Ahh, Qué retorne el verde,
el rojo, la vida!…
Un soplo al corazón
desolado de los santos,
un círculo de luz
que reinvente la esperanza
al enemigo y al discriminado,
al torturado y desaparecido,
al ser anónimo y desesperado,
a aquel guerrero de lo cotidiano.

Me buscarán -lo presiento-
esos puñales perversos del poder.
Y me cortarán las manos,
para que nunca más sangren
las quimeras hostiles
de una estrella.

Ignacio Araya Dinamarca
26 de Octubre de 2010

lunes, 26 de julio de 2010

A lo lejos...

(Fotografía de Principito009, Walter ( http://www.letrasyalgomas.com/fotografia-f2/energia-t12824.htm ), imagen que por su belleza, me inspiraron a crear estos versos)
I

Ocaso de destellos ambarinos, balas de luces,
la vena impulsa la sangre de las doradas hogueras,
rojizas blancas en fuga, manos del prado celeste
y de la túnica pacífica, puños de verde azulado.
Juerga de peces y algas, corales y de sales,
cortejo de los cirros, paseos de gaviotas,
espíritu de bosques y vuelos del albatros,
viajeros del misterio y del silencio piedra,
momentos esmaltados de áureo atardecer.

El Rey, resiste la premura de la oscuridad
con la sutil alquimia del encanto de algodones,
la trémula quietud de remolinos de antorchas,
vientos de un instante eterno, céfiro de ángel,
breve y profundo grito de un Dios desfallecido,
que clava cuchillos de fuego, a este pedazo de tiempo,
a ese navío de furia, a esa impaciencia de auroras.

A lo lejos, donde el océano comienza para los amantes,
donde la casta arena se humedece con el beso
de los labios de espuma, orgasmo de olas
y el refugio de las novas se vislumbra imposible;
allí, a lo lejos, sobre esa roca
- testigo de arcanos y crepúsculos de siglos -
dos almas funden sus miradas en el horizonte
sublime y amarillo, etéreo y cristalino,
pupilas que veneran el hechizo de fuego,
agua, tierra, aire: Génesis de vida,
universo sin confines, sin fronteras,
ni cadenas: ¡Infinito!.
Allí, donde se engendran las leyendas,
suspiros del astro que calla su destino,
delirio de huracanes que aclaman la grandeza
de la soberbia Diosa, ¡Colosal Selene¡;
leyendas concebidas por la cópula de luces,
historias de fantasmas,
de cangrejos y de estrellas,
de hipocampos y tortugas,
de cantos de sirenas…

…y de dos cuerpos desnudos,
sedientos de la noche.

Ignacio Araya Dinamarca
22 de Julio de 2010

No se calla...

No se calla la ira de la lluvia
que socava el frío y la miseria,
crepúsculo de la indigencia,
azules cuerpos, temblorosos,
errantes, vagabundas inocencias,
eslabones de húmedos harapos
caricias de papeles amarillos,
sangre negra que cubre las veredas,
niebla, soledad, muerte de asfalto…

No se calla la furia de la tierra,
justicia que reclama por su historia,
enojo de volcán encarcelado,
furor de un océano rebelde,
abismos de socorros sempiternos.
Lágrimas de techos destruidos,
lamentos de familias desgarradas,
miedo a caminar por un desierto
parido por la humana decadencia…

¡Calla Dios, la sonrisa del infierno!
¡Calla Dios, la desidia de unos cuantos¡
Mas no se calle la voz de los ancestros,
ni se extinga la utopía de tu paraíso…

Ignacio Araya Dinamarca
07 de Julio de 2010

Caminos y espejos...

Constructor de estos caminos
de un alma que lagrimea,
un alma que carcajea,
un alma que brilla y calla,
a tientas, surca la tierra,
un túnel que nunca acaba,
mas, qué alegría el destino
cuando su ojo vislumbra,
calle soleada y serena
la vida, el alma, la vida…

Alfarero de noble arcilla,
vasijas de fondo humano,
útero fértil la mano
los frutos de una avenida,
laberintos coloreados
en esta mente de acero,
leñador de palabras mustias,
arlequín de risas arcanas,
espejo testigo de años,
la vida, el alma, la vida…

Poeta y hermano de vientos,
soy yo, enigma, momentos,
soy yo, ufano y despierto
viajero con sed de esperanzas,
la vida, el alma, la vida…


Ignacio Araya Dinamarca
03 de Mayo de 2010

Destellos...

Destellos de recuerdos, sólo eso,
lo que queda ya son ráfagas de vida,
corazón sin fortaleza, no hay salida,
ya los años dejan huellas de aflicciones…

La indolencia de estas sábanas sin alma,
no hay ventanas o algún trino: soledades;
la agonía juega ya con la memoria,
brisa gris y un frío azul aquí en mi espalda…

(¡Ay! ocaso,
¡ay! abismo,
¡ay! encierro,
quiten pronto ya la daga
de este pecho,
denme luego su mirada
y sus caricias…
¿Ven?, reclama su eco suave
mi presencia,
¿Ven?, me llama de la tumba
la promesa,
amor eterno,
voy a ti, esposa mía,
soledad, renuncio a ti
ya no hay más daños.)

Destellos de recuerdos, sólo eso,
un sueño, unas palabras, mil canciones,
bendita voluntad de un sí deseado
los hijos que crecieron, ¡Oh! retoños…

…Retazos de un olvido, llanto amargo,
es el camino, ya lo sé, ahora el de ellos,
abandono que carcome mis entrañas,
iluso anhelo el ver, sus caras llanas…

(¡Ay! silencio,
¡ay! desprecio,
¡ay! heridas,
la tarde abre mi pecho
hacia el destino, el infinito…
¿Ven?, este es mi cuerpo
calcinado por el tiempo,
¿Ven?, este es mi cuerpo
que ya apura el desaliento,
mas mi alma, hijos míos, mas mi alma
aferrada al corazón que erguido grita,
de puro amor, intacto, amor sagrado,
deja un canto de aves en la dicha
aunque ahora llore
sobre el velo del olvido…)

Destellos de recuerdos, es la hora,
la paz espera a un paso, a un latido,
ya siento tu regazo, vida mía
hoy cumplo mi promesa, estoy contigo…

Ignacio Araya Dinamarca
14 de Mayo de 2010

miércoles, 5 de mayo de 2010

miércoles, 28 de abril de 2010

Estos versos de amor...


Un poema de amor,
que se alza, como mariposas
al vuelo de un sueño,
con destino cierto...

Unos versos de amor
que guardan, la memoria intacta
de la cercanía, del contacto vivo,
de una caminata
mirando vidrieras,
o un sencillo gesto
invitándome al viento,
junto a la caricia
de pieles ardientes...
Un café, una servilleta,
una calle nuestra,
miles de detalles
que quedan en el alma...

Un poema de amor
que se alza,
con sueños cumplidos
y un amor sincero
que estará por siempre...

Ignacio Araya Dinamarca
26 de Abril de 2010

jueves, 22 de abril de 2010

A la infancia…(I)

Sin la prisa de un reloj,
sin caminos empedrados,
con una camisa rota
y un gorro desahuciado,
el gato de la esquina
durmiendo entre mis brazos,
las luchas de otros mundos
ocultas por las risas
y un libro amarillento,
sin corazón, sin palabras…

Un caballo de madera
mirándome en el patio,
bolitas de cristales
jugando con el aire,
la chica de allá al frente
rozando mis mejillas,
su mano entre mis manos,
una flor, un sol ardiente,
el banco negro del parque
y un beso que es robado…

Oh, solitaria criatura,
un alto en el sendero
dibuja esa inocencia
de un pensamiento extraño.
¡Qué caricia ,la nostalgia¡
¡Qué verde es la añoranza¡
¡Qué hermoso haber vivido
años de luz y de agua¡…
¿Candidez acurrucada?

Hoy retumba el eco grave
del pasar del minutero,
camisa limpia y planchada,
el paso a tientas y austero.
De aquel beso, un sentimiento
y de la flor, estos dos pétalos…

…Y en un rincón de aquel patio,
llora el caballo sus penas,
virutas de su madera
la soledad de los años…

Ignacio Araya Dinamarca
21 de Abril de 2010

viernes, 5 de marzo de 2010

Despertar...



Despertar, con el abismo
entre las manos,
el desvelo en el cuerpo
de agonía y de espanto,
la ventana en penumbras
y el tic tac de las horas
retorciendo el oído,
un viento vacío
ante el silencio
y la culpa…

Despertar, con el pecho desierto,
con el alma lejana,
un grito profundo
que cala en la sangre,
tristeza que muerdes,
atacas, desangras,
este llanto incesante
que fecunda el lamento
de una noche de nada,
de una vida de nada…

Despertar… ¿para qué?
Sí no está ya la brisa
ni la estrella en lo alto,
que era todo mi mundo…

Ignacio Araya Dinamarca
05 de Marzo de 2010


jueves, 4 de febrero de 2010

Aquí...


Mujer de espuma, sal, tierra,
cuerpo de luna,
de cielos, de mares,
aquí he sentido
el calor de tu pecho,
tu palabra de fuerza,
tu voz de nostalgia.
Aquí, aquí,
he soñado
tu presencia en mis manos
y he extrañado
tu mirada de astros…

Aquí,
entre paredes de invierno,
una ventana de asombro,
late mi piel en tu nombre,
tiembla el deseo ferviente
ante el anhelo de labios,
la tempestad de un suspiro
ante tu imagen de viento…

Aquí, aquí,
en un momento en silencio,
viene tu cálida brisa
a susurrarme un te quiero…

Ignacio Araya Dinamarca
04 de Febrero de 2010

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Un Domingo...


Quise nacer un Domingo,
bajo una luna de estío,
saciar las promesas de aire,
vivir el destino de tantos,
la paradoja de un sueño,
aquel ideal infinito
por sonreírle a mi madre
la gratitud de su calma
y la ansiedad de la dicha
que desveló mis segundos…

Quise hechizar a las noches
creando un edén de caricias,
urdir cada paso constante,
soplar centenares de velas,
cumplir las quimeras ajenas
jugar las auroras de un niño,
volar un paisaje marino
al compás de gaviotas etéreas
y unirme en un beso dorado
a ella, a él o a quien fuera…

Quise...
Amar con locura la vida.

Vaga mi alma entre sombras,
sin comprender esta sangre,
aborto letal y cobarde,
deciden mis padres, mi muerte.

Quise nacer un Domingo,
bajo una luna de estío…
Sueño de luces y aromas
adiós, canto de amor,
dulce vida…

Ignacio Araya Dinamarca
18/11/2009

De tus ojos...



Así son tus ojos.
El iris de melancolía
y un ardiente aura
que danza en sus pupilas,
como lucero celeste,
titilante, altivo, humano,
girando en torno a la luna,
Selene de mi cuerpo
y uno a uno, cada rayo cristalino
convierte en Venus
tu silueta de musa…

Como faroles de mares,
fulgor de notas suaves
de luciérnagas bohemias.
Fuego que convoca
añoranzas de mi alma
henchida de Eros,
un hontanar de sueños
que destila tu mirada,
donde florecen las ansias
y el suspiro por tus labios…

Ignacio Araya Dinamarca
16 de Noviembre de 2009

domingo, 8 de noviembre de 2009

Desde el fondo de la tierra...


¿Qué clama un grito

desde el fondo de la tierra?,

¿Qué arma osa un disparo

no habiendo una guerra?,

¿Qué poema surca los aires

sino existe el amor?...

Habla una sufrida natura,

mientras el sol se desliza

por un profundo abismo

y la caricia humana

hoy es efímera causa,

ya no hay más rayos del cielo,

sino fuego de maldades,

sólo manos crispadas

asesinando un planeta,

cortan alas, siembran miedo,

y no hay escudo que pueda

parar una sola bala...


Desde el fondo de la tierra,

un niño, un pobre, un árbol,

reclaman el último auxilio

a una criatura de antaño,

llamada, ser humano...


Ignacio Araya Dinamarca

01 de Noviembre de 2009

sábado, 24 de octubre de 2009

Paloma cristalina...


Paloma cristalina, errante misionera,
ancestral alma viajera,
alas de la justicia,
sueño de libertades.
A veces, sólo a veces,
contemplas
al niño ser niño,
al Hombre ser Hombre,
al mundo ser mundo,
las manos entrelazadas,
rayos del sol en victoria,
y a la Tierra, un tesoro,
colmada de paz
sus rincones...

Paloma que pierdes el rumbo,
cuando una mano te hiere,
una bala te alcanza,
una guerra comienza
y el campo de batalla
es legado de muerte,
de verde destrozado,
de rojo derramado,
de blanco amortajado
y caes, Paloma, desierta,
marchita la rama que llevas
en tu pico de esperanzas...

Levanta Paloma tus armas:
sueños, magia, encantos.
Extiende tus alas eternas
y renace...
Que la paz viene corriendo,
ahora es el momento
en que la humana desidia,
se arrodille ante
tu vuelo...

Ignacio Araya Dinamarca
25 de Septiembre de 2009