Oculta Navidad...

A través de mi ventana veo imágenes alegres,
los niños orgullosos mostrando en la avenida,
sus juguetes vanidosos, las irónicas destrezas,
júbilos desenfrenados de un mundo presuntuoso,
preparando así el camino,
de su adultez amurallada,
risas que blasfeman,
festejos lacerantes,
Navidad inconcebible…

Miro hacia mi mesa y sus manjares deliciosos,
sus lujosos ornamentos, los placeres irritantes
de licores consumidos, comunión exasperante
de familias y de amigos, reunidos
en una sola noche, solo una…
Caretas de una gala de sandeces,
de cánticos sarcásticos, hipócritas alabanzas
a un niño ya dormido, olvidado…

Y el silencio que al fin llega
a mi mente distraída,
devorando infantiles estruendos,
transformando todo cuerpo
en diminutas sombras, nubladas, escondidas…

Solo veo tres miradas en la mía,
siluetas abatidas, pobreza delirante,
soledades infartantes,
de mujer, hombre y niño,
caminando por las sendas del agobio,
almas moribundas, famélicas, zozobrando
en un cúmulo de lágrimas vacías,
escupiendo los lamentos
de su vida sin sentido…

(Enséñame a mirarte
Jesús en esas almas,
penetra mi coraza,
sacude mi arrogancia
y mi llanto presumido,
libera las cadenas
de mi corazón confuso
pusilánime, envilecido…)

La mesa esta vacía, las ánimas ya duermen,
los niños ya cansados, preparan su mañana…

Mis manos sin razones, empujan los portales
convidando a aquellas sombras de miseria
a compartir las sobras de mi lujo,
las migajas de mi espanto…
Y veo en sus miradas,
ese brillo inconfundible de la eterna gratitud,
la caricia enmudecida, de un día memorable,
la sonrisa inmaculada del corazón engrandecido,
al confundir sus brazos con los míos
y nuestras lágrimas sumirse en una sola…

Oculta Navidad a mi has llegado, verdadera,
¡Jesús, has nacido hoy en mi casa, solo ahora¡…

© 2007 Ignacio Araya Dinamarca

Dic 24