
Pasaste por mi lado,
juvenil, soberbia y pretenciosa.
Sonreíste, y te quedaste
arrullada por mis placenteros brazos.
Quise probar de tus manjares prohibidos,
de tu candorosa amistad me hice adicto,
vanidad regalaste a mi alma inquieta,
claridad a los días ya sin calma,
rutinarios, desdichados,
amargados…
“Corazón, confía en mis encantos”, susurraste,
“aférrate de mis locuras, cúbrete de mis caricias,
prueba de mis ardientes licores perfumados,
codiciados, envidiados”
Y se sedujo de tu magia.
Y degustó de tu malicia,
de tus vinos, tus riquezas,
tu infinito manantial de las lujurias,
atrapado, hechizado,
encadenado…
Mas mi cuerpo entró en un caos,
sumiso se mantuvo a tus designios,
contemplativo ante los lindes del abismo.
Pero mi alma se aburrió de tu sarcasmo,
vil e histriónico demonio,
traidora indecorosa, corrupción de mis esencias;
y yo aguerrido, vencedor de mil batallas,
conseguí al fin escapar de tus cadenas,
glorioso, iluminado,
victorioso…
Mi corazón ya no te extraña,
y sonríe con sereno regocijo,
sabiendo que te fuiste para siempre…
No volverás, aunque me tienten nuevamente tus encantos...
juvenil, soberbia y pretenciosa.
Sonreíste, y te quedaste
arrullada por mis placenteros brazos.
Quise probar de tus manjares prohibidos,
de tu candorosa amistad me hice adicto,
vanidad regalaste a mi alma inquieta,
claridad a los días ya sin calma,
rutinarios, desdichados,
amargados…
“Corazón, confía en mis encantos”, susurraste,
“aférrate de mis locuras, cúbrete de mis caricias,
prueba de mis ardientes licores perfumados,
codiciados, envidiados”
Y se sedujo de tu magia.
Y degustó de tu malicia,
de tus vinos, tus riquezas,
tu infinito manantial de las lujurias,
atrapado, hechizado,
encadenado…
Mas mi cuerpo entró en un caos,
sumiso se mantuvo a tus designios,
contemplativo ante los lindes del abismo.
Pero mi alma se aburrió de tu sarcasmo,
vil e histriónico demonio,
traidora indecorosa, corrupción de mis esencias;
y yo aguerrido, vencedor de mil batallas,
conseguí al fin escapar de tus cadenas,
glorioso, iluminado,
victorioso…
Mi corazón ya no te extraña,
y sonríe con sereno regocijo,
sabiendo que te fuiste para siempre…
No volverás, aunque me tienten nuevamente tus encantos...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario